El genio Bryan Ferry
Hace muchos años, mi tío - siempre atento a las tendencias MOR de los 80 - me regaló el álbum Bete Noire de Bryan Ferry. Aún tengo el vinilo con el precio de 2,000 pesetas pegado con la goma mas potente del Corte Inglés. En aquella época, no me gustaba aquel disco, la verdad. Era demasiado joven para apreciar esta música y lo olvidé en seguida.
****
El noreste de Inglaterra ha producido varios cantantes famosos como Sting, Neil Tennant o Chris Rea, pero Bryan Ferry debe ser el más cool de todos. Según la revista GQ, es el “maestro de la moda masculina”, probablemente el dandy más elegante de la historia del pop. Se ha distinguido durante décadas como un cantante que asoció su música a huellas propias de otras disciplinas y expresiones, como la moda o el cine del classic Hollywood, consolidándose como un tipo James Bond que siempre vestía en el smoking, acompañado de modelos deslumbrantes; rodando videos en jardines amplios con piscina o pista de tenis. Como si fuera el protagonista del mitico anuncio veraniego de Martini. Y por supuesto, como casi todos los grandes, apareció en el Àngel Casas Show.
Hoy en día, ya no hay dandys, solo chulos por la tele cantando versiones en un espectáculo reality. No hay comparación. Y es una lástima porque el new wave sofisticado de los 80 – el llamado pop suave - produjo unos discos interesantes: de Robert Palmer, Swing Out Sister, Spandau Ballet, Prefab Sprout, Blow Monkeys, Blue Nile o Sade. En Inglaterra, esta ‘escena’ solia provocar la ira de los periodistas mas radicalizados del NME o Melody Maker, con comentarios despectivos: “pero.. si esto es wine bar music” es decir: música burguesa, el máximo delito cultural. No obstante, al margen de las críticas, se podía escuchar mucha buena música en aquellos wine bars.
Tras dejar el grupo visionario Roxy Music, Ferry desarrolló una de las carreras más singulares en la historia del rock británico. En solitario, llegó a producir canciones de altísima calidad como “Love is the Drug” o “Slave to love”. También cabe recordar la obra maestra “Don’t Stop the Dance” cuyo ritmo no es precisamente pop pero tampoco suena a jazz, soul o funk. De todas maneras, es una delicia para los oídos tanto en la pista como en el dormitorio más energético.
El renacimiento de Ferry en los últimos años, gracias a sus inesperadas colaboraciones con Todd Terje o DJ Hell, ha sido impresionante, y una nueva generación de nerds se ha enterado de este gigante de su infancia. Aquella voz tan frágil y reprimida, acompaña muy bien las producciones modernas. Destaca también el remix super bailable de The Main Thing, gracias al duo Rub n Tug, tristemente inactivos desde hace tiempo. La versión original salió en el álbum de Roxy Music: Avalon (1982) pero el remix lo lleva a otra dimensión.
Ahora, a los 79, acaba de producir otro disco que emociona bastante. Este proyecto también cuenta con la poeta y artista contemporánea Amelia Barratt y es francamente buenísimo. Según Ferry:
“..es una colaboración con la pintora y escritora Amelia Barratt. Hace un par de años, la ayudé a grabar un audiolibro aquí en mi estudio. Me impresiono mucho su escritura y esta es la primera canción que hicimos juntos. Estoy muy entusiasmado con este nuevo trabajo; hay mucho más por venir…”
El ex líder de los Roxy Music es uno de los artistas más importantes en la historia del rock británico, eterno sinónimo de elegancia y sofisticación. No habrá otro como él.