(earlier English version: HERE)
Soy aficionado a la música y cultura italiana desde casi toda la vida. No sé precisamente cuando empezó esta afición, pero el verano de 1990 fue clave: la llegada de la adolescencia, el auge del Italian house o el Mundial de Schillaci y Camerún. Muchos chavales apostaron por la ropa de marcas como Kappa, Fila o Sergio Tacchini. Muchos fiesteros además iban a Rimini, donde una discoteca Barcelona brevemente ganó fama.
Conocí una chica de Trieste en una escuela de idiomas en mi barrio londinense de Richmond. Hubo una fiesta en un barco - el mismo día que Argentina eliminó Italia en las semifinales - y a lo largo de 3 años intercambiamos postales. Aun recuerdo la conmoción cuando murió su ídolo Freddie Mercury.
De repente, Italia se puso de moda en la tele inglesa. A veces, en el Channel 4 habría una pelicula italiana en versión original - algo fino de Fellini o Visconti - mientras el programa Gazzetta Football Italia transmitía las jornadas de Serie A cada domingo por la tarde. Se convirtió en fenómeno. El periodista James Richardson hablaba italiano como nativo y fue algo surreal ver sus entrevistas con Vialli, Zola, Signori y compañia, mientras tomaba un cappuccino o leía la Gazzetta dello Sport. Coincidía además con el escándalo Tangentopoli en la politica italiana que derrumbó el consenso posguerra y acabó con el domínio de los corruptos Andreotti y Craxi. Vimos la llegada de Berlusconi, el prototipo del populista moderno.
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Sin embargo, lo que más me interesaba fue la música. En la infancia, descubrí por primera vez - en una clase de música - que la palabra piano era italiana. Empezó el romance en aquel momento.. Adriano Celantano, Leo Mas, Ennio Morricone, Claudia Cardinale, Claudia Mori, Pippi, Almunia, Bottin, Goblin, Fellini, Pino… Ojo, tengo un Spotify dedicado a todo tipo de música italiana.
Hay que distinguir entre el disco italiano y el italo disco. Son diferentes. No me interesa demasiado el italo puro, pero me gusta el estético. Esta observación de VICE hace unos años aún me hace gracia:
…Eres el original y erótico hombre del espacio. Eres tan bello y tu cabello es casi tan grande como tu corazón. Te pavoneas en la playa con un traje de baño verde lima. Inhalas cocaína de los azulejos blanco y negro de tu baño. Hay un busto de mármol de un indiscriminado filosofo griego en tu chimenea, al lado de las copas de champaña y el árbol Bonsai. Sueñas con aperitivos technicolor. Eres un jodido robot. También eres Italo…
En la página de Instagram, sigo atentamente dos cuentas italianas con escaso protagonismo. Tanto Roberto Lodola como Feel Fly se dedican a la buena música, ambos bien influidos por el disco moderno, el sabor eclectico o el antiguo ambient house. Ahora son los máximos capos nocturnos de Piacenza y Perugia respectivamente. De vez en cuando, Lodola aterriza en Barcelona para pinchar en Casa Bonay
La fiesta en el Club Ruote me parece una pasada con la gente mayor allí disfrutando en la pista. La residencia de Feel Fly en Perugia, tiene lugar en una interesantísima fiesta Afro Templum. He escuchado varias sesiones y se nota la sombra del Baia degli Angeli, el mítico feudo de Baldelli y Mozart, pioneros del sonido cosmic disco.
Tengo una fantasía de realizar una gira de pequeñas discotecas italianas en pleno verano, asistiendo aquellas fiestas dirigidas a veteranos, y además de encontrar lo que queda del antiguo discognoscenti.
De hecho, unos amigos montaron una fiesta en el campo de Umbria en 2018 que contaba con la presencia de Baldelli, Leo Mas y Don Carlos entre otros grandes. Además, me encontré en Nápoles hace 2 años y me gustó mucho aquel rollo tambien. Ya he investigado la distancia entre Perugia y Piacenza y los horarios ferroviales en ItaliaRail. Sería un reto interesante. Avanti!
An article (in Spanish) giving a bit of background to my fascination with Italian music. (There’s an earlier English version included too, covering some of the same themes)